La decisión de conceder el Premio Nobel de la Paz a la opositora venezolana María Corina Machado no ha sentado demasiado bien en la Casa Blanca. En la Administración estadounidense había un clamor que exigía el galardón para Donald Trump por ser capaz de poner fin a «ocho guerras en ocho meses». Un grito también abanderado por los familiares de los rehenes israelíes y apoyado hasta por la Rusia de Vladímir Putin.
Sin embargo, el Comité Noruego del Nobel no ha considerado suficientemente meritorios todos los esfuerzos diplomáticos del mandatario republicano. «El presidente Trump seguirá firmando acuerdos de paz, resolviendo guerras y salvando vidas. Tiene un corazón humanitario, y nunca habrá nadie como él que pueda mover montañas con la pura fuerza de su voluntad», ha valorado un portavoz de la Casa Blanca.
El funcionario de la Administración Trump fue un paso más allá en sus críticas a la decisión, según recoge la agencia Reuters, y afirmó que «el Comité del Nobel ha demostrado que antepone la política a la paz».
El grupo de cinco expertos del Instituto Noruego del Nobel que decide el galardón se reunió por última vez el lunes, dos días antes de que Trump anunciase la firma del acuerdo entre Israel y Hamás para la liberación de los rehenes y la puesta en marcha de un alto el fuego en el enclave palestino.
Aunque estuviesen al tanto del transcurso de las negociaciones, es bastante improbable que el hito diplomático del mandatario republicano hubiese precipitado una decisión que normalmente se cocina durante meses. Las encuestas solo le daban un 4% de opciones. La opositora a la dictadura socialista venezolana María Corina Machado.
Nobel: Kristian Berg Harpviken
El secretario del comité, Kristian Berg Harpviken, que participa en las deliberaciones aunque sin derecho a voto, ya había deslizado en la previa que Trump lo tendría difícil: «Este premio se otorga principalmente por el trabajo realizado en 2024 y años anteriores, no por el de las últimas semanas o meses», confirmó a la la cadena pública noruega NRK.
Los responsables de conceder el galardón a María Corina Machado han evitado entrar en polémicas. «Este comité se sienta en una sala llena de retratos de todos los laureados, una sala que está llena de valentía y de integridad. Basamos nuestra decisión solo en el trabajo y la voluntad de Alfred Nobel», ha justificado el presidente, Jorgen Watne Frydnes, en una rueda de prensa en Oslo tras anunciar el fallo.
Trump, que se ha descrito como un «pacificador» global, había reivindicado en estos últimos meses su papel en la resolución de conflicto, llegando incluso a asegurar que no recibir el Nobel sería «un insulto» a Estados Unidos.
El jurado ha reconocido a Machado, antítesis de Nicolás Maduro, por su «incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia».





