SANTO DOMINGO.— El fentanilo, una de las drogas sintéticas más letales del mundo, ha provocado una ola de muertes en Estados Unidos y Canadá, impulsando a los países de América Latina y el Caribe a tomar medidas preventivas y punitivas. En los últimos cuatro años, los gobiernos han intensificado la capacitación a policías, actualizado leyes y lanzado campañas informativas para evitar una crisis similar en la región.
Expertos han advertido que el fentanilo no es la única droga química de alta potencia que circula. Los nitazenos y la xilacina, sustancias que pueden ser aún más potentes, también están en la mirilla de las autoridades, según el Informe Mundial sobre Drogas 2025 de las Naciones Unidas.
Entrenamiento y protocolos para un nuevo riesgo
En Brasil, la policía logró la primera incautación de frascos de fentanilo gracias a un entrenamiento de la DEA en El Salvador. Tras el hallazgo, se capacitó a todo el equipo sobre cómo manipular la sustancia y usar la naloxona, el antídoto que revierte rápidamente los efectos de una sobredosis.
En el sur del continente, el consumo de fentanilo es todavía bajo, aunque ha aparecido en decomisos de cocaína y LSD como una sustancia que se combina para potenciar el efecto, lo que aumenta las ganancias de las organizaciones criminales.
Por su parte, el viceministro de Seguridad de Costa Rica, Manuel Jiménez Steller, explicó que han implementado un protocolo especial para el ingreso de agentes a determinados lugares, dado el riesgo letal de intoxicación por contacto.
De los desvíos hospitalarios a las calles
A diferencia de la producción a gran escala en polvo del norte, en el sur de América el fentanilo ilícito se obtiene principalmente a través del desvío de ampolletas de los sistemas de salud. En Brasil, una organización criminal operaba a través de una compañía de papel que administraba un hospital, desviando el fentanilo a punto de vencer para su comercialización.